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Akabo
Un espectáculo de teatro de calle va a comenzar al pie de la fachada de un edificio.
Sinopsis
Un espectáculo de teatro de calle va a comenzar al pie de la fachada de un edificio. Los artistas dan inicio a su show y al poco de empezar, justo encima de donde están actuando un vecino aparece en una altura con la intención de quitarse la vida. Al ver toda la gente congregada bajo su ventana tendrán que resolver varios conflictos: ¿se apartarán para que salte? ¿si no se apartan se tirara encima de ellos? ¿Qué hará el público ante esta incomoda situación? ¿Qué lleva a alguien a querer acabar así? ¿tiene un individuo libertad para poner fin a su vida? El suicidio es uno de los mayores tabús sociales e individuales junto con la locura, la relación entre ellos no está ligada por mucho que así nos lo quieran hacer ver.
TIPO DE ESPECTACULO
La fachada de una casa. ¿qué mejor escenario real como la vida misma? Queremos hacer teatro de calle porque queremos interactuar en este medio, en este lugar, en nuestras calles.
Con nuestro anterior espectáculo DESAHUCIO-KALE GORRIAN, decidimos ubicar la situación en el balcón de un primer piso, desde donde los personajes pudieran tener un primer escenario. Un escenario tan real como una vivienda real.
Queremos tomar la calle otra vez, reivindicarla como espacio escénico y con todo el pueblo como testigo afrontar una situación tan delicada como la de un suicidio en directo.
Queremos que el publico se sienta parte activa, que solo por acudir ya este involucrado en la situación, por eso creemos que es tan importante que el punto de partida sea un lugar real, una vivienda, la fachada de un edificio, y todo el espacio que se acordona en estos casos a pie de calle.
Algunas reflexiones sobre el tema
Vivimos en un modelo social en el que la frustración tiene muchas caras y mucha violencia. El éxito laboral, personal y el posicionamiento social en base a tu economía y poder adquisitivo son un mantra que tiene muchos filos y son muy afilados.
Por otro lado, tener un trabajo no te garantiza que puedas sacar adelante tus necesidades básicas. Muchos trabajadores vivimos en el umbral de la pobreza con el estrés que eso supone.
Estas son las cosas que nos interesa sacar a la luz en este espectáculo: las razones sociales que llevan a muchas personas a quitarse del medio. No queremos abordar en ningún caso el tema como un problema psiquiátrico.
El suicidio es hoy en día la primera causa de muerte violenta en el Estado español, por delante de los accidentes de tráfico. Sin embargo, hay un silencio en torno a él. Silencio de los familiares que lo esconden, ya sea por razones religiosas, porque es tabú o incluso por autoengaño. Silencio de las instituciones, que pese a que cada dos días hay un muerto por suicidio en Euskadi, no hacen campañas de prevención, o por lo menos no las suficientes. Silencio de los medios de comunicación, que por miedo al efecto llamada no hablan de ello.
Por otro lado, la hipocresía que hay instalada en torno al tema hace que los datos no sean reales. Se considera que el Estado español tiene una tasa de suicidios muy baja, pero el sistema de registros no es muy fiable. Hay muchas muertes que aparecen en los registros, como por ejemplo, precipitados por un barranco, ahogados, accidentes de tráfico, y aun habiendo muchos indicios de que un gran número de ellos son suicidios, no los cuentan como tal. Claro, ocurre que si el suicida no deja una nota o alguien le ve saltar, se considera como accidente. Los países escandinavos tienen una alta tasa de suicidios, pero es porque suman mejor que nosotros y tienen más rigor en las estadísticas, para contabilizar desde un principio las muertes por suicidio, como suicidio.
Se tiende a catalogar el suicidio como enfermedad, como consecuencia de una patología, pero el suicidio muchas veces puede ocurrir en una persona completamente equilibrada, consciente y serena, que ha tenido de pronto una desgracia. La desesperación es el denominador común del suicidio. Desde la psiquiatría, se dice que el suicidio es inversamente proporcional a la felicidad que experimenta una persona. El suicida quiere vivir y quiere morir. Quiere vivir según vayan bien las cosas y si no, quiere morir. El suicida intenta poner fin a una situación intolerable, por ello los profesionales intentan aliarse con esa parte de el o ella que quiere vivir.